El vino es una bebida alcohólica fermentada, producida con el jugo del fruto de la vid, (la uva), que es fermentado por la acción de las levaduras, quienes transforman los azúcares presentes en el jugo de la uva en alcohol etílico, así como parte en dióxido de carbono (presente por ejemplo en los vinos espumosos). Se diferencia de los licores, en que el vino es únicamente elaborado con el jugo de la uva y no entran en esta categoría, otras bebidas como por ejemplo la cerveza (hecha con cebada y lúpulo), o el whisky (hecho a base de maíz y/o trigo), es decir, el vino es el resultado de la fermentación del mosto o jugo de la uva, antes de que el proceso de fermentado resulte en ácido acético (vinagre).
Se trata de una bebida milenaria que ha sido fabricada por varias culturas a través de los siglos, y cuyo origen aún es incierto, pero que ya era consumido en las primeras civilizaciones como la egipcia y la sumeria entre otras.
Al ser una bebida cuyos orígenes son inciertos, las tradiciones de los pueblos han ido atribuyendo su creación a seres míticos o a deidades, como es el caso del héroe mítico sumerio Utnapishtim quien luego del diluvio mandado por los dioses, plantó viñas y fue el primero en fermentar su fruto obteniendo como resultado el vino (mito copiado y reproducido en la Biblia, con el mítico Noé, quien representa el mismo papel en el diluvio hebreo, narrado en el génesis), así también, ha sido atribuido a deidades como el dios griego Dionisio (Baco para los romanos), y otras deidades y seres míticos dentro de otras culturas, a las que se les atribuye la invención del vino, así como del cultivo de la vid.
Sin embargo, según diversos hallazgos arqueológicos, se sabe que el vino se conoce desde finales del neolítico y primeros tiempos de la edad de los metales, posiblemente producido a partir de vides silvestres que luego, con la sedentarización y el tiempo, se fueron cultivando, en varias regiones como el Asia menor, el Cáucaso, medio oriente, norte de África, y la zona mediterránea, extendiéndose hacia diversas regiones gracias al comercio. se han hallado restos arqueológicos relacionados con la manufacturación del vino, en lugares de anatolia de una antigüedad de hasta 9.000 años.
Este se guardaba originalmente en vasijas de barro (selladas con brea o cera de abeja) o en odres de cuero (cuero de cabra, de oveja u otros animales), en donde se conservaba para su consumo, tanto en culturas del medio oriente, norafricanas, mediterráneas y asiáticas, así como en toneles, primero por parte de los galos y posteriormente los romanos (quienes a pesar de conocer su uso, preferían el uso de los odres como los griegos), usándose los toneles para su conservación de forma más común, ya entrada la edad media, hasta la aparición de las botellas de cristal para su conservación, que son las dos formas de almacenado y conservación del vino, que se usan mayoritariamente en la actualidad, para ser luego servido y consumido.
Se destaca que con el tiempo el grado de alcohol contenido en el vino ha variado mucho, pues antiguamente en los vinos (como en el caso de los antiguos vinos griegos), la proporción alcohólica era superior a la actual (similar a la contenida actualmente en bebidas como el whisky o la absenta), por lo que solían ser diluidos en agua para ser tomados, así como también ser especiados, mientras que los vinos actuales tienen una graduación alcohólica que varía entre los 10, 14, 16, 20, 22 y 25 grados de alcohol, dependiendo de las normas del país donde se produzcan, del tipo de vino y de la tradición vitivinícola reinante en la región en donde se produzcan. Varios de estos vinos antiguos, solían ser combinados con diversas hierbas y sustancias aromáticas, como miel, mirra, mirto, tomillo e incluso con agua de mar (en especial entre los griegos para suavizar el vino).
Una característica del vino, es que en condiciones óptimas, puede conservarse por décadas e incluso cientos de años, como ha sido el caso de algunos vinos griegos de casi 2000 años de antigüedad, que se han conservado en ánforas herméticamente selladas, y que se mantuvieron en condiciones excepcionales de conservación, luego de hundirse un barco griego de esa época, y que su contenido aún se conservaba intacto, o como en el caso de botellas de varios siglos de antigüedad, que se han conservado, como una botella de cristal de aproximadamente 1650 años de antigüedad (perteneciente al periodo romano), que se conserva en Speyer, en Alemania y otras botellas que han sido halladas principalmente en excavaciones arqueológicas y hallazgos submarinos.
Elaboración.- El vino es elaborado por medio de distintos métodos, iniciando usualmente, por medio de la selección de las uvas, su estrujamiento o maceración, generando entonces el mosto, el cual se vierte en una cuba de fermentación (en donde pueden añadirse elementos como el bióxido de azufre, para evitar contaminaciones biológicas), dejando fermentarse por algunos días, luego es envasado en toneles para que continúen su fermentación y añejamiento, para posteriormente ser embotellados y ser guardados para continuar añejándose o ser consumidos.
Existen varios criterios para la categorización de los diversos tipos de vinos, por el color que posean, la cantidad de gas que contengan (vinos espumosos o no espumosos), la acidez, “sequedad”, el añejamiento, la destilación que posean, o la región en la cual sean producidos, entre otros muchos criterios, de clasificación.
Tipos de vinos según su coloración:
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Vinos tintos u obscuros.- Se trata de aquellos vinos cuya coloración es rojiza (en varios tonos que varían en claridad u obscuridad en la tonalidad). Se elaboran a base de uvas negras o rojas de cuyos hollejos (que se encuentran presentes durante la fermentación del mosto), le prestan dicha coloración. Dentro de ellos existe una gran variedad, que depende de los procesos de elaboración, el tipo de uva específica que se utilice, y los procesos de conservación, habiendo tanto vinos tintos dulces, secos, amargos, como espumosos o “simples”.
Vinos blancos.- Se trata de aquellos vinos que se elaboran a partir de uvas “blancas” (uva verde), o en su caso con uvas rojas o negras, pero en donde los hollejos (que brindan la coloración al vino), no están presente mucho tiempo en contacto con el mosto, teniendo poca o nula coloración. Así también, existen variedades de vino que se fabrican indistintamente de uvas de algún color, pero a las cuales se les quita la cascarilla u hollejo, así como las semillas, antes de ser prensadas y puestas a fermentar.
Vinos rosados.- Se trata de vinos cuyo mosto tiene poco contacto con los hollejos de las uvas, teniendo como consecuencia poca coloración, siendo en muchos casos muy leve (varios tonos rosas y violetas suaves). Se encuentran “a medio camino” entre los vinos tintos y el blanco.
Vinos naranja.- Se trata de la denominación de origen, de algunos vinos aromatizados de la región española de Huelva, se trata de un vino blanco que es aromatizado con cortezas de naranjo, de donde toma su nombre.
Tipos de vino según su añejamiento:
Vino verde.- Se trata de un vino muy joven con denominación de origen “verde”, oriundo de Portugal (provincia de Minhio). Es un vino muy joven por hacerse de uva recién madurada, suele ser ácido y espumoso.
Vinos joven.- Se trata de aquellos vinos (tintos, blancos o rosados), que no se dejan añejar mucho tiempo, siendo consumidos por lo general, tras poco tiempo de haberse concretado su elaboración.
Vinos añejo.- Son aquellos vinos que cuentan con algún proceso de añejamiento, que suele durar varios años (generalmente en barricas), antes de ser embotellados y dispuestos para el consumo.
Vinos antiguos.- Se trata de aquellos vinos que por alguna u otra razón, se han conservado por muchos años (incluso siglos), ya sea intencionadamente en cavas para su conservación, o como ha sucedido, por accidente, en naufragios o al encontrarse en sepulcros y otros lugares arqueológicos, preservados en perfecto estado.
Tipos de vino según su graduación alcohólica:
Vinos tranquilos, calmos o naturales.- Se trata de aquellos vinos que son fermentados de forma natural (sin aditivos), y su graduación alcohólica es relativamente menor (entre los 15 y 23 grados), gracias a que su fermentación es interrumpida en un momento determinado. Abarca tanto vinos del tipo blanco, tinto y rosado de baja graduación etílica.
Vinos fortificados o fuertes.- Se trata de vinos en cuya elaboración se intercalan diversos procesos que les dan mayor textura, e inciden en los sabores. Su contenido de alcohol es mayor gracias a que suele añadírseles brandy durante el proceso de fermentado, así como también suelen ser más dulces, gracias a que no todos los azúcares presentes, se logran fermentar, denominándoseles en español con el nombre de “vinos generosos”. Se destaca que suelen conservarse mejor que otros vinos, al encontrarse la botella que los contenga abierta, pues estos vinos presentan mayor estabilidad, lo que permite que puedan durar varios meses sin avinagrarse por ejemplo en “licoreras” que continuamente se abren, sin perder su sabor y propiedades. Son ejemplo el jerez, el madeira, y el oporto, entre otros.
Vinos espumosos o espumantes.- Se trata de aquellos vinos que cuentan con una elaboración especial, en donde intervienen dos procesos de fermentación, el proceso “normal” y otro dentro de la botella en la cual se vacían, para que el proceso de fermentado genere bióxido de carbono, que al estar encapsulado el contenido en la botella, este permanezca dentro y no escape, sino hasta ser abierta. Uno de los vinos más afamados por dicha cualidad, es el vino espumoso de la región de Champagne en Francia.
Brandy.- Se le denomina brandy al producto de la destilación del vino, lo que le permite aumentar considerablemente el nivel alcohólico del producto. Suele hacerse únicamente destilando el vino, pero existen variantes, en las que es obtenido del hollejo de la uva, lo que le aporta sabores y aromas diferentes, así como algunos que cuentan con procesos de “saboreado” por frutas. Quizás el más afamado de estos sea el brandy realizado en la región de Cognac en Francia, conocido simplemente como Cognac o Coñac.
Tipos de vinos según su denominación de origen:
Francia.- Alsace Gewürztraminer, Alsace Grand Cru, Alsace Pinot gris, Alsace Pinot noir, Alsace Riesling, Alsace Sylvaner, Alsacia, Crémant d’Alsace, Mambourg, Bas Armagnac, Beaujolais, Villages, Brouilly, Fleurie, Morgon, Saint-Amour, Alto Médoc, Bordeaux Supérieur, Cadillac, Côtes de Bordeaux, Hautes-Côtes de Nuits, Bourgogne Aligoté, Burgundy Passe-tout-grains, Champagne Grand Cru, Coteaux Champenois, Reims-Champagne, Cognac, Vin de Corse, Cotes du Jura, Vins de Moselle, Languedoc Roussillon, Coteaux Du Languedoc, Côtes Du Roussillon, Anjou, Anjou Gamay, Anjou-Coteaux de la Loire, Anjou-Saumur, Cheverny, Chinon, Coteaux Du Layon, Côtes De Provence, Chateau-Grillet, Roussette de Savoie.
España.- Condado De Huelva, Jerez-Xérès-Sherry, Vino Naranja del Condado de Huelva, Lanzarote, Ribera del Duero, Vino de Pago Chozas Carrascal, Ribera del Guadiana, Txacoli De Bizcaia.
Italia.- Cerasuolo D’Abruzzo, Montepulciano d’Abruzzo, Valle d’Aosta, Fiano di Avellino, Civitella d’Agliano, Rossese di Dolceacqua, Benaco Bresciano, Franciacorta, Cannonau di Sardegna, Moscato di Siracusa, Trentino Vino Santo, Barco Reale di Carmignano and Carmignano, Chianti Classico, Chianti Colli Fiorentini.
Portugal.- Porto y Douro, Oporto, Madeira, Península de Setúbal, Vinho Verde.
Alemania.- Breisgau, Ortenau, Württemberg, Mosel-Saar-Ruwer, Obermosel, Kronenberg, Mehrhölzchen, Rheingau, Rheinhessen.