Se le denomina como dengue o fiebre del dengue (también se le ha denominado fiebre rompe huesos), a una enfermedad producida por una infección que es causada por un virus (el virus del dengue), que es un virus del género flavus (tipos de virus que se encuentran conformados por una única cadena de ARN de polaridad positiva). Existen cuatro tipos de virus del dengue, los serotipos o cepas, DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4 que también se pueden denominar como tipo o dengue 1, 2, 3 y 4, cuyo periodo de incubación es de entre cinco y ocho días, luego de que el virus ha entrado al sistema, infectando las células y replicándose, replicación que se sucede en el citoplasma de las células infestadas por el virus.
Se trata de una afección que se contrae por medio de la picadura de mosquitos hembras de la especie Aedes aegypti que son portadores del virus, en zonas tropicales y subtropicales, produciendo cuadros clínicos de sintomatologías similares a las de la gripe, con síntomas tales como fiebre repentina (de entre 39 o 40 grados centígrados e incluso más), sudoración, dolor general, malestares estomacales, dolores musculares, de cabeza y articulares, inflamación de los ganglios linfáticos, etc., que pueden empeorar a estados y síntomas más graves como vómitos, gingivitis, sangrado de la nariz (dengue hemorrágico), dificultad para respirar, erupciones cutáneas de color rojizo brillante, taquicardia e incluso convulsiones entre otros síntomas graves, que pueden desembocar en complicaciones como infección del cerebro (con posibles daños permanentes y/o la muerte), daños hepáticos y en otros órganos. Se trata de una enfermedad que puede expandirse en epidemias y propagarse, siendo muy peligrosa (en especial su variedad hemorrágica que puede causar la muerte), toda vez que aún no existen vacunas para prevenirlo (existen vacunas experimentales que se han usado en Asia, pero su eficacia aún se encuentra en evaluación), y los tratamientos existentes, consisten en tratamientos sintomáticos, es decir, se atiende los síntomas que presenta la enfermedad, así como la hidratación de la persona, tratamientos que deben de ser realizados por personal médico cualificado, por lo que no debe auto medicarse el paciente o sus allegados, así también se debe de destacar que ningún tratamiento “tradicional” cuenta con eficacia real para combatir el virus causante de la infección y del cuadro clínico resultante.
Si bien es un virus contra el cual aún no existen vacunas de eficacia comprobada, y cuyo tratamiento solo es respecto de los síntomas, si en cambio se cuentan con varios métodos de prevención, que cuentan con gran eficacia en el control y erradicación de la enfermedad, tomando en cuenta que se trata de una infección que se desarrolla dentro de un ambiente cálido y húmedo, propio de los climas tropicales y subtropicales, gracias a que ahí subsisten sus portadores (mosquitos hembra de la especie Aedes aegypti), por lo que se suelen realizar acciones preventivas en contra de la enfermedad, evitando la proliferación de estos insectos, mediante la fumigación, así como la erradicación de charcas en donde estos mosquitos puedan desarrollarse, por ejemplo por medio del desecamiento de zonas pantanosas o la fumigación de zonas selváticas y boscosas en las que dichos moscos pudieran habitar. Así también, la constante limpieza de charcas cercanas a las zonas habitadas y la fumigación habitual en zonas pobladas en donde se suele presentarse esta enfermedad, evitando así la propagación del virus, logrando de esta manera prevenir el surgimiento de epidemias, procurando que cuando se presenten casos aislados, se logren incrementar las acciones sanitarias para evitar su propagación.
Se destaca que cuando se padece dengue (hemorrágico), se prohíbe el uso de medicamentos para el dolor como la aspirina, puesto que estos medicamentos pueden favorecer el aumento de las hemorragias.
Los tipos de dengue son:
Dengue Clásico.- El dengue clásico o dengue simple, es aquella afección de dengue en que no suelen existir muchas complicaciones, siendo que el organismo se puede recuperar por completo con los debidos cuidados. Suele presentar síntomas tales como fiebre de hasta 40 grados centígrados, dolores de cabeza, musculares, articulares, de garganta, abdominales y detrás de los ojos, así como pérdida de apetito, debilidad extrema, y también algunas erupciones cutáneas típicas de esta enfermedad infecciosa. Estos síntomas suelen aparecer luego de un periodo de incubación del virus, que oscila entre 5 y 6 días de haberse contagiado la persona, al exponerse al piquete del mosco infectado.
Dengue Asintomático.- Se trata de los casos en que la persona adquiere y desarrolla esta enfermedad, pero carece de las sintomatologías propias que le son comunes. Se trata de las ocasiones en que el paciente contrae la infección viral, pero no presenta síntomas, sin embargo la persona continúa siendo portadora del virus, pudiendo ser fuente de contagio si es picada por algún mosquito que propague la enfermedad.
Dengue Hemorrágico.- Es como se le denomina a la manifestación severa de la enfermedad, causada por los virus DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4 del dengue. Es una afección severa que puede causar la muerte del paciente, ya que además de los síntomas comunes del padecimiento (dolor muscular, de cabeza, articular, fiebre alta y repentina, falta de apetito, vómitos, erupciones cutáneas, y malestar general, entre otros, se presentan estos y otros síntomas con una fuerza mayor que en el dengue clásico, llegando a sintomatologías tales como taquicardias, dolor muy fuerte en los huesos y articulaciones (por ello se le ha denominado también a este padecimiento como “rompe huesos”), hemorragias, sudoración extrema, extremidades frías y pegajosas, hepatomegalia, insuficiencia circulatoria, alteración de la presión y del pulso sanguíneos, acuciada perdida de líquidos y electrolitos (deshidratación), por la fiebre y sudoración, piel fría, en algunos casos se presenta un estado “letárgico de la persona, repentinos estados de excitación que desembocan luego en un estado de shock. El cual puede conllevar a la muerte si no es atendido a tiempo y de manera adecuada. Además de lo anterior, el paciente puede morir por complicaciones diversas como fallas hepáticas, encefalopatías, convulsiones y crisis epilépticas, y diversos daños cerebrales, producidos entre otros trastornos causados por el virus, por la disminución de líquidos en la sangre (lo que no disminuye las hemorragias).
Se destaca que si bien la persona puede desarrollar una inmunidad hacia alguno de los cuatro virus del dengue (por ejemplo al padecer un dengue asintomático producido por uno de los virus), esto no implica que se adquiera una inmunidad hacia los otros tipos de virus de esta enfermedad, pudiendo presentarse por ejemplo la variante letal de esta enfermedad (dengue hemorrágico), que puede desarrollarse después de haber padecido dengues clásico o asintomático.
Dengue fever choque.- Se trata de otra de las complicaciones que presenta la infección viral de los virus del dengue, que se manifiesta principalmente en niños y adolescentes, presentando fiebres repentinas y altas (alrededor de 40 grados centígrados). Los principales síntomas que se observan son, dolor fuerte de cabeza, dolores lacerantes en las articulaciones, dolor de ojos, inquietud del paciente, piel fría y húmeda, malestares estomacales (náuseas y vómitos), llegando a estados más graves, como baja de la presión arterial, pudiéndose presentar la pérdida del conocimiento.
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