El calendario es un sistema que mide el paso del tiempo, con fines de orientación cotidiana, científica o histórica. Etimológicamente proviene del latín “calendarium”. Representa una división del tiempo en unidades como días, horas, minutos, décadas, semanas.
Este lleva un orden cronológico de actividades, eventos o sucesos. De acuerdo a cómo se use la medición y asignación del tiempo. Será el tipo de calendario. El que más conocemos es el calendario gregoriano.
Clasificación de los calendarios
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La historia del calendario a registrado dos grandes tipos que son: los solares que tienen 365 días y los lunares que tienen 29.5 días. Este último, se rige por el ciclo de 29.5 días, que tiene la luna. Este tipo de calendario fue utilizado en la antigüedad por relacionarlo con el período menstrual de la mujer.
Mientras que el calendario solar, representa los días de la posición de la Tierra girando alrededor del al Sol. El calendario que se rige bajo esa norma, representa un año de 365 días, que se ajusta añadiendo un día extra en los años bisiestos.
Tipos de calendario
Calendario Egipcio:
Representa el calendario más exacto, desarrollado en la antigüedad. Un año egipcio representa los 12 meses de 30 días, con 5 días adicionales. Históricamente, este calendario existió en el año 4000 AC. Estaba fundamentado por la observación de la estrella Siria, es decir, se producía una salida «heliaca» de una estrella al ser visible sobre el horizonte poco antes del amanecer. Se daba un lapso de tiempo de dos salidas «heliacas» consecutivas de una estrella es el año sidéreo.
Calendario Babilónico:
Fue un calendario del tipo lunar. En sus inicios, el año babilónico constaba de 12 meses con 30 días, por lo que tenía 5 días y 1/4 menos, a diferencia del actual. Después se redujeron algunos meses para hacerlo coincidir con la aparición regular de la Luna nueva. Sin embargo, la medida desajustó el calendario con las estaciones. Para resolver esta situación, se sabe que los babilonios agregaron un nuevo mes en relación con el ciclo determinado.
Calendario Griego:
Forma parte del tipo lunisolar, que fue apropiado de los babilonios. Se conformaba de 12 meses con 29 y 30 días de manera alternada. Como el año contaba con 354 días, se le añadía un nuevo mes cada tercer, sexto y octavo año, para ajustar el calendario.
Los griegos intentaron encontrar un ciclo con un número exacto de años solares y lunisolares. Tal ciclo, conocido como el «gran año», formado de 19 años solares, fue descubierto por el astrónomo griego Metón en el siglo V a. de C., aunque no resultó como plataforma para un calendario práctico.
A este ciclo se le conoció como Ciclo de Metón, que tiene importancia en las fechas de festividades religiosas, en donde las fases de la Luna nueva caen los mismos días del año en los ciclos sucesivos.
Calendario Romano Primitivo:
Fue introducido en el siglo VII a. de C., y constaba de 10 meses de 304 días e iniciaba en Marzo. Con este criterio, las estaciones no se repetían en las mismas fechas de un año para otro.
Se daba el caso de que las estaciones coincidieran al pasar un lustro, con las estaciones, es decir, correspondían aproximadamente con seis años de 304 días, en un intervalo de tiempo de 1824 días, lo que dividiendo entre la duración del año trópico resulta 5.
Posteriormente fueron añadidos, Enero y Febrero, también en el siglo VII a.C., durante el reinado del rey Numa Pompilio (715 -673 a.C.), que fue el segundo rey de Roma, ya que reinó después de Rómulo.
Calendario Juliano:
Ayudó a corregir los errores del calendario romano primitivo y así, proporcionar al Imperio Romano los beneficios de un calendario uniforme. Julio César fue quien estableció el calendario, e inició el 1 de enero del año 45 a. de C., curiosamente un año antes de morir asesinado.
Se basaba en el año egipcio de 365 1/4 días. El ajuste que hicieron fue que cada cuatro años se añadió un día, dando origen a los años bisiestos y el año se dividió en 12 meses de desigual duración.
En honor a César se dio el nombre de Julius al mes que era conocido como Quintilis. El Senado romano cambió el nombre del mes Sextilis por el de Augustus y se estableció como el primer mes del año a Enero.
Calendario Gregoriano:
El año juliano duraba aproximadamente 11 m y 14 días, por lo que se presentaba un error de un día por cada 128 años. Un claro ejemplo de ello fue la presencia de un equinoccio de primavera en 1477, por lo que a la Iglesia le preocupó este diferencia ya que afectaba la celebración de la Pascua de Resurrección.
Calendario Judío:
En su forma actual, que está desde el año 359 d. de C., es del tipo lunisolar, aunque con algunas variantes. Cuenta los años a partir del 3761 a. de C. Son años regulares de 354 días distribuidos en 12 meses de 29 y 30 días, y lo que conocen como años defectuosos de 353 días y años perfectos de 355 días.
Se presentan años bisiestos, que se presentan cada siete veces durante un ciclo de 19 años. Los 30 días que se añaden comprenden un día adicional en el mes llamado Adar y un treceavo mes de 29 días.
Calendario Musulmán:
Se origina con la huida de Mahoma de la Meca. Sus años de tipo lunar y no hacen referencia a las estaciones del año. 34 de estos años equivalen aproximadamente a 33 del Calendario Gregoriano.
El año se conforma de 12 meses que tienen alternativamente 29 y 30 días. Para que el calendario sea exactamente lunar, un ciclo de 30 años mahometanos comprende 11 años bisiestos que constan de 355 días, con el último mes de 30 días, y 19 años de 354 días con un mes final de 29 días.
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